sábado, 3 de diciembre de 2011

III -me.

Acompáñame hasta donde se pone el sol, justo ahí, donde se mezcla con el mar. Llámame princesa aunque no lleve corona, ni un vestido precioso y unos tacones de cristal que perder cuando el reloj toque las doce. Déjame revolverte el pelo hasta que mis dedos se pierdan entre tu cabeza, hasta que no sepas cómo peinarte otra vez. Deséame mis mejores días y dame tus mejores noches. Baila conmigo, aunque no tengamos ni idea, aunque nuestros pies se pisen entre ellos, aunque la música marque otro compás. Miénteme y dime lo guapa que estoy. Cállame con un beso si estoy hablando demasiado. Discute conmigo hasta que me de cuenta de que no tengo razón y me enfade. Haz que me desenfade. Hazme todo lo que quieras, pero no juegues conmigo. 

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